Vivimos en un mundo relativo. Nada en este mundo es verdad. Todo depende. Aún la más verdadera verdad oculta la siempre ingrata posibilidad de ser mentira. Por ello este sitio se declara mentiroso. Porque las mentiras también son relativas; y entonces, aún la más mentirosa de ellas encierra entre sus letras la sublime posibilidad de ser verdad.
domingo, 30 de octubre de 2011
martes, 6 de septiembre de 2011
domingo, 21 de agosto de 2011
Concurso homenaje
Tengo que agradecer a Susana "Lucrecia" Montemayor por su invaluable colaboración en este proyecto. Gracias a su arte, estas letras cobraron color y vida.
miércoles, 17 de agosto de 2011
La máquina-que-piensa-mientras-yo-vivo
Más me convenzo mientras más lo experimento, que la creación sigue un curso temporal distinto al de la vida diaria. Es como si requiriera su propia maduración a la manera de los buenos vinos; una maduración que no se puede forzar ni apresurar. Las ideas son como una semilla que debe germinar y crecer antes de que podamos cortar sus frutos.
Ahora, lo que me interesa es, precisamente, el lugar en donde crecen. Porque pareciera que ese lugar, a pesar de lo paradójico que parezca, es tan mío como ajeno; es decir, que por mucho que tenga que ver conmigo, actúa de manera independiente y en un tiempo que desconoce por completo mi autoridad. Le he llamado la máquina-que-piensa-mientras-yo-vivo; porque pareciera que en ese otro lugar las ideas germinan y crecen —sin que yo tenga conciencia de ello— hasta que un buen día aparecen, a veces redondas y terminadas, y a veces en la forma de un diamante que aún debe ser pulido. Creo que es la verdadera fábrica de la inspiración.
Ella obedece a un tiempo extraño, irregular, que no sigue un ciclo o un patrón ordenado. Se entrama de maneras desconocidas con el discurrir de la vida y tiene que ver, tal vez, con la apropiación de la experiencia. No lo sé. Lo único que sé es que causa sorpresa cuando termina sus productos y uno termina sintiendo una sensación de ajenidad; porque no podría decir que, por ejemplo, mis versos los ha escrito alguien más, pero tampoco puedo afirmar, con total seguridad, que yo los he escrito.
lunes, 1 de agosto de 2011
Dora
Estas letras son el saldo,
el residuo de una pena
que ha irrumpido en esta escena
sin pronóstico ni heraldo.
Se ha quedado sin respaldo
el corazón que hoy padece
este repentino cese
que ha forzado a la vigilia
al sueño de una familia
cuyo amor no desfallece.
- Dany Marlowe -
el residuo de una pena
que ha irrumpido en esta escena
sin pronóstico ni heraldo.
Se ha quedado sin respaldo
el corazón que hoy padece
este repentino cese
que ha forzado a la vigilia
al sueño de una familia
cuyo amor no desfallece.
- Dany Marlowe -
miércoles, 13 de julio de 2011
Deseo
Este instinto traicionero
que se aferra a recordarte,
evocando aquella parte
de tu cuerpo que venero.
Y en el lúbrico tablero
resta sólo aquella pieza
como una vieja promesa
que cumplir sobre tu lecho,
en el impreciso trecho
entre olvido e impureza.
- Dany Marlowe -
viernes, 24 de junio de 2011
101
Un uno a cada lado del mundo parece la expresión gráfica correcta. Dos unos unidos por un vacío de indeterminación. ¿Qué une al final a dos amigos? 101 es un mito, uno de esos que producen efectos a pesar de su cuestionable realidad. 101 es un sueño atesorado que crece desde el espacio indefinido donde se encuentra esperando, simplemente, el momento de volverse realidad.
miércoles, 22 de junio de 2011
Mi derecho a desertar
Hoy somos todos homosexuales.
La Secretaría de la Defensa Nacional estipula entre sus excepciones para realizar el Servicio Militar los, así llamados, impedimentos de orden moral. A mis 18 años, y sin conocer esta medida, decidí —basándome en mis creencias personales fundadas en un fugaz vistazo a la historia de la humanidad— no acercarme a una institución que representa ideales con los que no concuerdo. Más allá de la labor real de esta institución; me negué a formar parte de una institución donde la autoridad —arbitraria y generalmente escasa de neuronas— es incuestionable e intolerante.
Actualmente me encuentro sin empleo y, entre las opciones que revisé se encuentran algunas posibilidades en la Secretaría de Salud; una institución que, por cierto, representa ideales completamente opuestos a la institución militar. Para mi mala fortuna, uno de sus requisitos es la cartilla militar liberada.
Así que me dirijo al centro de reclutamiento de mi ciudad donde no me manejo de manera hipócrita; defiendo mi derecho a desertar. Después de recibir un sermón de cómo es bella la labor, el servicio y los beneficios de adquirir disciplina y como miles de jóvenes se convierten en mejores personas gracias al servicio militar, me explica que las únicas excepciones son: Si soy menonita —pero el tono de mi piel me delata—, si alguna institución religiosa expide un certificado donde exponga que yo pertenezco y que sus ideales chocan con los de la institución militar, o... ahí viene la sorpresa, si soy homosexual. Y le pregunto, ¿y quien da un certificado de eso?
Nadie, eso se ve.
La indignación sobrepasa el asunto personal que me atañe en ese momento y me doy cuenta de que, a mis 18 años tenía razón y que la sigo teniendo. Una institución que discrimina de una manera tan hipócrita —porque estoy seguro de que existen militares homosexuales— y tan abiertamente no es una institución por la que esté dispuesto a humillarme. No es una institución por la que esté dispuesto a comprometer mis ideales, a cortarme el pelo, a recibir órdenes.
Hoy soy tan homosexual como el más.
Es una vergüenza que el gobierno a día de hoy exija un documento que no es más que la prueba de su intolerancia y su lucha por ideales irrealizables que constriñen a su pueblo limitando la pluralidad y el derecho a pensar diferente; el derecho a desertar.
No es tiempo de acatar
sólo el tonto se aferra
no vayan a la guerra
más vale desertar.
Si es sangre de la gente
lo que quiere de muestra
vaya y tire la vuestra
mi Señor Presidente.
Si usted me va asediar
prevenga a su soldado
que estaré desarmado
y podrá disparar.
martes, 21 de junio de 2011
Labor alterna
psicoanalisARTE nació el 6 de junio en El Heraldo del Bajío. Es una columna pensada para hacer vibrar el alma popular a partir del conocimiento —si bien especializado, no ajeno al pueblo— del psicoanálisis. Es un esfuerzo por devolverle aquello que magistralmente supo leer Freud en lo más íntimo —el alma— de la cultura.
Mi poesía es muy barata.
Gratis la recogí de la boca del pueblo
y gratis se la devuelvo al oído del pueblo.
Cada lunes actualizaré la lista que aparece hasta abajo a la derecha.
viernes, 10 de junio de 2011
Tóxica
Este no poder por más que lo intente
extinguirme y mandar todo al carajo.
Esta estridencia en la que me amortajo
para no añorar tu mirada ausente.
Esta melancolía decadente
que anhela lo que en tu falda hay debajo.
Esta impúdica nostalgia en que viajo
a escenas de caracter indecente.
Este alcohol que diluye tu mensaje
en un total silencio que confina
el recuerdo tuyo a otro paisaje.
Esta embriaguez que busca la toxina
del mórbido y siniestro personaje
que ha puesto sobre mí tu guillotina.
- Dany Marlowe -
- Dany Marlowe -
martes, 10 de mayo de 2011
La casa de las bellas durmientes
¿Será que el amor nos muestra el rostro refractado de la muerte?"Ella había sido privada de todas sus defensas, en beneficio de su anciano huésped, de un triste viejo. Estaba desnuda, y no se despertaría. Eguchi sintió una oleada de compasión por ella. Se le ocurrió una idea: los viejos tienen la muerte, y los jóvenes el amor, y la muerte viene una sola vez y el amor muchas".
miércoles, 4 de mayo de 2011
Alfarera
Yo que he sido barro fuera del horno
preciso el arte de tu mano leve;
tu mano que contiene y da relieve
describiendo una ruta sin retorno.
Hace girar mi vida sobre el torno
y por momentos lo inerte se mueve.
Logro existir en ese instante breve
que recortas con tu piel mi contorno.
Tu caricia que es borde y envoltura
va esculpiendo una boca que es reflejo
de la boca que besa esta impostura.
Y al perderse tus labios de ese espejo
mi vida vuelve a la inmóvil clausura
en donde soy apenas un bosquejo.
- Dany Marlowe -
preciso el arte de tu mano leve;
tu mano que contiene y da relieve
describiendo una ruta sin retorno.
Hace girar mi vida sobre el torno
y por momentos lo inerte se mueve.
Logro existir en ese instante breve
que recortas con tu piel mi contorno.
Tu caricia que es borde y envoltura
va esculpiendo una boca que es reflejo
de la boca que besa esta impostura.
Y al perderse tus labios de ese espejo
mi vida vuelve a la inmóvil clausura
en donde soy apenas un bosquejo.
- Dany Marlowe -
martes, 26 de abril de 2011
Guilty pleasures
Es una escena común. Tanto que en cualquier reunión se puede presentar. Llegado el punto en que las interacciones se han lubricado lo suficiente se presentará alguna temática artística: la música, el cine, rara vez la pintura. Comenzarán las confesiones y, si hay suerte, aparecerá ese extraño rubro en el que hoy quiero ahondar: los placeres culposos.
—A mí me gustan las canciones de Los tigres del norte— dirá alguno.
—Una vez me divertí viendo El diario de Bridget Jones— dirá otro.
Como si se diera a entender que habría, en todo caso, una música y un cine correctos; una música y un cine de calidad que toda la gente debería ver y escuchar. En el caso de los mexicanos no es de extrañar —por nuestro malinchismo— que esa música correcta, se encuentre siempre en el extranjero. Y, en ese sentido, toda expresión de música vernácula es comprendida como un intento siempre inferior y precario. En el caso del cine, y sobretodo en los círculos intelectualoides, se deprecia todo lo que viene de Hollywood, por no hablar del infravalorado cine mexicano. ¡Es una locura idealizante! Porque entonces TODOS deberíamos adorar a Pink Floyd y ver a Kurosawa. Espero no sea necesario recordar los peligros de creer que TODOS deberíamos ser iguales.
—Y tú, ¿cuál es tu placer culposo?— alguno podría preguntarme.
—Ustedes— le contestaría.
Este es el punto en el que el gato se muerde la cola. ¿Se puede ser tolerante con los intolerantes? ¿Cómo puede uno producir encuentros verdaderos con personas que creen que existe una música buena y una mala?
Donald Winnicott esclarecía este conflicto: Si un adulto nos exige nuestra aceptación de la objetividad de sus fenómenos subjetivos, discernimos o diagnosticamos locura.
El arte no es un lugar donde las categorías de mejor o peor funcionen. El arte es otra cosa. Algo que no podemos medir con las mismas medidas que usamos para medir en la ciencia. Nadie es más o menos que nadie en el arte. No sólo preguntarse si Mozart es mejor que Beethoven es inútil, sino que, además, es una pregunta incorrecta. Una pregunta sólo puede existir cuando existe una respuesta. Y entonces tampoco cabe preguntarse si Coldplay es mejor que Intocable. Para Wittgenstein, por ejemplo, eso sería filosóficamente incorrecto.
—¿Placeres culposos?
No tendría que haber ninguno pues la culpa es el delator de un ideal. Un ideal que no existe en el terreno del arte y cuya persecución es tan estéril como peligrosa. Además, en el arte es tanto más importante el silencio pues:
De lo que no se puede hablar hay que callar.
jueves, 14 de abril de 2011
Décimas para Susana
I
Por mucho que yo lo quiera
nunca me quiere a mi modo.
Sin embargo lo da todo
como siempre, a su manera.
Y ese ser suyo no espera
a que se ajuste mi lente;
es un enigma candente
que hipnotiza el corazón,
silencio de un diapasón
con que vibro diariamente.
II
Bajo el haz de lo distinto
brilla tanto más su llama.
Claridad que se derrama
contaminando el instinto.
Su cama es un laberinto
donde no existe salida,
¡diferencia bienvenida!
En el reino del misterio
goza mi piel del imperio
de su piel sobre mi vida.
III
Por mucho que ella lo quiera
nunca me encuentra el estilo,
le basta con dar asilo
al conejo en mi chistera.
Amarme es una quimera
menos sacra que profana.
Ya he mordido la manzana;
resistirse es disparate
cuando el arma de combate
son los labios de Susana.
- Dany Marlowe -
Por mucho que yo lo quiera
nunca me quiere a mi modo.
Sin embargo lo da todo
como siempre, a su manera.
Y ese ser suyo no espera
a que se ajuste mi lente;
es un enigma candente
que hipnotiza el corazón,
silencio de un diapasón
con que vibro diariamente.
II
Bajo el haz de lo distinto
brilla tanto más su llama.
Claridad que se derrama
contaminando el instinto.
Su cama es un laberinto
donde no existe salida,
¡diferencia bienvenida!
En el reino del misterio
goza mi piel del imperio
de su piel sobre mi vida.
III
Por mucho que ella lo quiera
nunca me encuentra el estilo,
le basta con dar asilo
al conejo en mi chistera.
Amarme es una quimera
menos sacra que profana.
Ya he mordido la manzana;
resistirse es disparate
cuando el arma de combate
son los labios de Susana.
- Dany Marlowe -
P.D. Disculparán la simpleza. Surgieron en 15 minutos y en contra de uno de sus deseos de cumpleaños. "No necesito que me escribas una décima" —dijo—. Y yo le escribí tres.
lunes, 28 de marzo de 2011
Lo perdido
Hoy sé con claridad que te he perdido
y me aferro a que tu abismo me abrace.
Soy apenas un cuerpo sin envase
que se escurre en la quietud del olvido.
El camino hacia ti queda prohibido
para el beso frágil que en cada frase
se desdibuja en torpe desenlace
de un amor que nunca tuvo sentido.
Sólo queda esta nostalgia que miente
y preserva la indigna fantasía
de convertir el pasado en presente.
Se hunde mi pecho en la cruel agonía
de perseguir el recuerdo doliente
donde te estoy amando todavía.
- Dany Marlowe -
y me aferro a que tu abismo me abrace.
Soy apenas un cuerpo sin envase
que se escurre en la quietud del olvido.
El camino hacia ti queda prohibido
para el beso frágil que en cada frase
se desdibuja en torpe desenlace
de un amor que nunca tuvo sentido.
Sólo queda esta nostalgia que miente
y preserva la indigna fantasía
de convertir el pasado en presente.
Se hunde mi pecho en la cruel agonía
de perseguir el recuerdo doliente
donde te estoy amando todavía.
- Dany Marlowe -
jueves, 3 de febrero de 2011
Sirena
Una palabra por cada disparo
de tu oleaje de mar sobre mi arena.
El vaivén de tu cuerpo de sirena
es un tifón del que no existe amparo.
Mi noche oscura busca el haz del faro
que le proyecta tu mirada obscena.
Ese tibio resplandor que encadena
mi boca opaca con tu beso claro.
La nave del buen juicio está quemada;
no quedan rastros del viejo sosiego
que escapa a mi voluntad embriagada.
Aquel canto de nereida es el fuego
en donde vuelvo a arder de madrugada
en cada sueño que a tu piel entrego.
- Dany Marlowe -
de tu oleaje de mar sobre mi arena.
El vaivén de tu cuerpo de sirena
es un tifón del que no existe amparo.
Mi noche oscura busca el haz del faro
que le proyecta tu mirada obscena.
Ese tibio resplandor que encadena
mi boca opaca con tu beso claro.
La nave del buen juicio está quemada;
no quedan rastros del viejo sosiego
que escapa a mi voluntad embriagada.
Aquel canto de nereida es el fuego
en donde vuelvo a arder de madrugada
en cada sueño que a tu piel entrego.
- Dany Marlowe -
martes, 11 de enero de 2011
La dinámica de los nidos
Hoy tuve una conversación interesante con dos mujeres. Todo inició con una pregunta:
Ellas contestaron:¿Por qué las mujeres tienen la necesidad de preguntar siempre "y ahora, ¿qué sigue entre nosotros?"?
Porque así nos han educado.
Como si no fueran capaces de vivir el momento. Como si siempre fuera necesario pensar en un futuro que tal vez nunca se cumpla. Las mujeres se ven compelidas a buscar seguridad, a formar un nido.
Luego me pregunté, ¿no es eso lo que hacemos todos? Porque si bien la metáfora de los nidos hace alusión al hogar y la procreación, lo cierto es que todos buscamos el lugar en el que nos sintamos confortables; y, a cambio de ese lugar, estamos dispuestos a que nuestras alas se atrofien. Porque lo realmente riesgoso de ser un ave, no es hacer un nido, sino volar.
Y en cuanto al amor, no sé por qué a mi no me llena la imagen de dos aves compartiendo un nido. Me parece aburrido, soso, incluso imitable. La imagen que yo me hago del amor es la de dos aves que deciden volar juntas en la infinidad del cielo. Que a pesar de los riesgos —la posibilidad siempre latente de caer o de perderse— se mantienen juntas; guiadas por los impredecibles caprichos del viento.
Y ahora, ¿qué sigue entre nosotros?
Esa es la pregunta por el nido. No es la pregunta por el amor. Es la pregunta por esa zona de seguridad que ansiamos todos y por la que estamos dispuestos a cambiar hasta nuestra identidad.
Y ahora, ¿qué sigue entre nosotros?
Las aseguradoras deberían incluirla en su paquete. Así mismo, los registros civiles, las iglesias. Y es que todo gira en torno a buscar esa seguridad; cuando más de una vez la vida nos ha probado —y si no lo ha hecho no tarda— que nada está asegurado. Que un buen día el nido se destruye y las alas ya no sirven para volar.
Y ahora, ¿qué sigue entre nosotros?
En esta sociedad nidófila el amor —que ama la clandestinidad— hace silencio. La única manera real en que se le puede mantener vivo.
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Pudo ser el punto, quizás la coma, donde la trama se quedó sin hilo. Se terminan los versos en el filo de lo que no tiene voz, sino aroma. U...
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Sé por qué no contestas a mis palabras, el riesgo que implica que lo hagas. Bien podrías decirme que deje de escribirte, que no va a llevarm...