viernes, 29 de junio de 2007

¿Quién se robó mi Witz?

Un chiste malo es aquel que necesita explicación.
Witz.- (Aleman). Corresponde a una multitud de términos en español: espíritu, alma, mente, conciencia, ingenio, inteligencia, gracia, agudeza, ánimo, malicia, picardía, carácter, mentalidad, intención, etc.

S - Eres bueno.
D - ¿Qué tanto?
S - Eres excelente, excelso.
D - ¡Eximio! Una vez fui mono.
S - ¿Cómo?
D - Sí, ex-simio.
S - Cuac

Y fue cuando me pregunté, ¿quién se robó mi Witz? Nadie tiene la respuesta. Los últimos días he dicho una serie de chistes tan malos que yo mismo me doy cuenta segundos después de decirlos. En México vendrían acompañados de un sonido de grillo. Aquí la gente dice "cuac". Al tratar de explicarme el fenómeno recuerdo aquello que he hecho los últimos días. Tal vez se deba a la excesiva cantidad de material teórico que he revisado. Estuve dos días sentado frente a una cantidad de letras que empezaron a deformarse en delirios conforme pasaban las horas. Witz, análisis, grafo, forclusión. Esas cosas agotan a cualquier espíritu. O tal vez se deba a que Estef, la mujer más mordaz que conozco, ha estado trabajando fuera de casa y no hemos podido afinar nuestro Witz. Tal vez mi humor salió corriendo detrás de mi cordura. Han pasado cosas locas últimamente. Qué sé yo. La he pasado bien. Y me gusta pensar que mi alma ha reído tanto con la vida que no necesita inventar ficciones chistosas. Es igual que la poesía. Siempre es mejor una risa o un beso real, que una palabra hermosa que lo describa, lo contornee, pero nunca llegue a tocarlo.

Para ejemplo, una escena que voy a tener que narrar a falta de video. Utilicen su imaginación.

Escenario: La cocina del departamento
Personaje principal: Susana, mi mejor amiga, sin un resto de sobriedad.
Argumento: Se le pide que describa el proceso de elaboración de una michelada.

Con la mirada perdida describe como se exprime un limón. Ante la evidente dificultad, el camarógrafo le pregunta:
- ¿Cómo te sientes?
A lo que responde:
- Me siento más mujer cuando exprimo un limón wey.
Y haciendo uso de sus últimas fuerzas, agrega.
-... puta wey, has de cuenta que casi se me va el (y en este momento voltea a la cámara, muestra sus biceps y culmina)... Witz

Ella sigue preparando la bebida mientras los demás nos morimos de risa.

Witz - Al final hemos cargado esa palabra ya no sólo de distintas significaciones. La hemos cargado de risa, de alegría, de sentidos. De eso se trata la vida un poco ¿no? Y la felicidad.

viernes, 15 de junio de 2007

Fracaso

Escribí este poema hace unos días. Ha perdido su validez emocional, pero me pareció que tenía cierto valor estético. Es un poema, como quien dice, ardido. Ya no me sirve, pero igual a alguien por ahí le sirve para sacar uno que otro demonio. Además las letras son así. Mentirosas y no. <--- jo jo jo.

Perdona que no pueda cumplir
la promesa
de quedarme a tu lado
que abandone
un sitio
que jamás fue mío
nunca fue mi intención
que se perdiera
de esta manera
el poder de tus palabras
ya tu esperanza
no me toca
y ¿cómo iba a hacerlo?
si eres la encarnación
de mi fracaso
la prueba
de que una vez más
no fue suficiente
que no me necesitas
que tienes a otros
eso lo sé de sobra
sólo no hagas más difícil
esta despedida
es una lástima
que no hayamos podido ser
los compañeros
en el viaje de esta vida
es una lástima
que te empeñes en reclamar
cosas que dije
sólo espero que recuerdes
que si mis palabras te mienten
ya antes
lo hizo
tu cuerpo

- Dany Marlowe -

jueves, 14 de junio de 2007

¡Despierta!

No utilizaré disfraces literarios para la siguiente historia. Saldrá desnuda tal cual ocurrió. Debo empezar por decir que me sorprendió, porque soy una persona bastante escéptica, y no suelo intepretar señales en este tipo de cosas. Sin embargo, aún creyendo en la ciencia, uno se ve forzado a aceptar que hay un margen de incertidumbre en todo conocimiento humano. Hay cosas que escapan a nuestra comprensión y quizás a aquello que podemos poner en palabras. Como sea, iba yo sentado en el subte (metro), pensando en todas esas cosas que uno piensa cuando se encuentra solo. Puede que sea la soledad de tantas personas confinadas, pero me sentía mal. Qué se yo. Las cosas no han andado tan bien como yo quisiera en mi vida. He tomado decisiones erróneas, dicho palabras hirientes a personas muy queridas, y he llegado al punto en el que dudo de cada uno de mis pasos porque no quiero que conduzcan a nuevos conflictos. En ese momento iba pensando en que me parecía difícil entender cómo había llegado hasta ahí. Estaba molesto, conflictuado y muy distraído. Tanto que no advertí en qué parte del trayecto me encontraba. No iba atento, es lo que quiero decir. Iba con la mirada perdida y la mente en otro mundo. Pero de pronto, fue como si la realidad me despertara de mi letargo. Una chica que iba en frente de mí se levantó para dirigirse hacia la puerta. Al hacerlo, su bufanda calló al piso y no se dio cuenta. Sin que el acto pasara por mi conciencia, me agaché para levantar la bufanda. Sin quererlo ella tocó mi frente con su mano. Luego le di la bufanda y en realidad no importa el resto de la historia. Ella la tomó y me dio las gracias. No recuerdo ni su cara. Sin embargo, al volver a sentarme, sentí una rara sensación en la frente. Sentí como si una mano detrás de su mano me hubiera tocado. Como si todas las manos del mundo se hubieran posado sobre mí en un momento y me hubieran querido comunicar algo. Marisol dice que es el simple contacto humano. Que tal vez no he sido tocado realmente por nadie en mucho tiempo. No lo sé. Es probable que haya sido una simple coincidencia. Sin embargo, la realidad hizo presencia en un momento en el que la necesitaba. Luego uno se pierde en un túnel negro que no tiene más que una salida. Si esa mano no me hubiera tocado es muy probable que hubiera perdido mi estación. Qué se yo. Me sorprendió en verdad. Al salir del subte era una persona diferente. Desde ese momento las cosas han mejorado en gran medida. Hasta mi cuenta de correo se ha visto, extrañamente, concurrida. Sorpresas y comentarios hilarantes. ¿Qué será? Tal vez el mundo se empeña en demostrarme que no todo está tan mal. Tal vez necesitaba de esa mano para despertar de ese sueño que no me permitía vivir.

martes, 12 de junio de 2007

Metablog # 2: De sol y Soledad

Inició con una promesa, cinco comentarios bienintencionados y un bebé con sombrero de copa. Treinta y siete posts más tarde, una de mis mejores amigas, irónicamente llamada Soledad, nos ha regalado imágenes y letras plagadas de eso que me esfuerzo por describir desde hace unos días: belleza, sentido, pequeñas perlas perdidas en el fondo del océano. La dirección es http://solsoledad.blogspot.com/ y de entrada advertiré que es un blog en constante cambio. Se le ha visto pasar de blanco a negro, con imágenes cambiantes, lo mismo una presa que una mano a través de un cristal. Leer a Soledad resulta una experiencia al mismo tiempo desgastante que gratificante. Ella misma describe su vida como una montaña rusa. Como la vida de todos, uno podría decir. Con altas y bajas, pero ella rara vez se encuentra cómoda en la seguridad de las planicies. Parece tratarse de una persona que ha asumido el riesgo de vivir, cuyo precio son las heridas, pero la insuperable alegría de las cosas que duran, su paga. De todo ello nos podemos dar cuenta al leer cada uno de los posts que componen DE SOL Y SOLEDAD. Cine, poemas, críticas, pensamientos, esperanza, dolor, alegría. No falta nada. Para aquel que sepa ver, resulta una visión profunda de nuestra condición humana. Porque Soledad no se miente ni nos miente. No nos endulzará los malos momentos, ni disfrazará los buenos. Parece haber entendido que uno de los compromisos de todo aquel que se digne llamar humano, es el de la honestidad. Porque "si te disparan, sangras" decía el director de cine cuando le preguntaron porqué hacía sus películas tan sangrientas. Quisiera recomendarles algún post en especial, y creo que me permitiré un capricho personal: Sputnik, mi amor - Haruki Murakami. Si no han leído el libro, háganlo. Todo aquel que crea en los sueños y en que no todo está escrito, debe hacerlo. Si se dejan convencer, puede que tengan una de las aventuras más emocionantes de su vida. Y Soledad nos regala algunos de los fragmentos más bellos. Hace unos días escribía que no nacemos sabiendo gozar. Y ¿cómo hemos de aprenderlo? Después de leer a Soledad, me doy cuenta que tal vez aprendamos a gozar a través de los demás. Tal vez poniéndonos esa fina hoja de celofán con la que cada ser humano ve el mundo, aprendamos a encontrar esos significados que a veces no podemos ver. Es como esa visión del destino que consiste en encontrar personas que nos hagan preguntas que nosotros no nos hemos hecho. En ese sentido, Soledad cuestiona, intriga, nos muestra los significados que resuenan en su vida. Para aquel que sepa ver, es posible que sus palabras tengan los más profundos ecos. Aún si no es así, y si se trata de un simple delirio mío, me da orgullo decir que se trata de mi amiga. Me inflama el pecho saberlo, y decir que algunas de sus palabras han marcado mis días. No me queda más que agradecerlo. Hace tiempo, cuando estaba en León, solía despertarme el sonido del teléfono a media noche. Era Soledad, que tenía algo nuevo que contarme. Ahora que estoy lejos, a veces despierto esperando que mi teléfono suene. Sin embargo, el silencio impera. Ya no está esa voz detrás, hablando sobre la luz de la luna que nos alumbra, y cuyos rayos es necesario seguir para encontrarnos.

Ain't it good to know that you've got a friend
when people can be so cold
they'll hurt you, and desert you
and take your soul if you let them
oh, but don't you let them

You just call out my name
and you know wherever I am
I'll come running to see you again
winter, spring, summer or fall
all you have to do is call
and I'll be there
you've got a friend


Próximamente - Metablog # 3

lunes, 11 de junio de 2007

Dos más

¿
Cómo sé
si la piel
que llevo
me cuidará
del frío
de los
próximos
días
?

¿
Cómo sé
quién formuló
la pregunta
que intento
responder
con esta piel
que nadie toca
?

miércoles, 6 de junio de 2007

Sin sentido

El otro día estaba viendo en la televisión el fragmento de una película cuyo nombre no pude captar. Varios escritores, sentados a la mesa con copas de vino, discutían sobre qué género era mejor: la comedia o la tragedia. En realidad hablaban sobre películas, comedias románticas y dramas. Al final no llegaban a ninguna conclusión y me parece que es lo mismo que pasa en la vida. Lo pensaba porque me acordé de una plática que tuve con mis amigas. "¿Thanatos o Eros?" era el tema. Hacían alusión al impulso de muerte y al impulso de vida, y la cuestión era decir si tal o cual persona eran más Thanatos o Eros. Me pareció que no llegábamos a ningún punto, al igual que los personajes de la película. No resolvíamos nada porque en el fondo, me parece que Comedia y Tragedia, Thanatos y Eros, son sólo la máscara de algo mucho más profundo. Son la apariencia con la que el ser humano afronta la vida. Una apariencia con la que muchos se quedan y por la que luego prejuiciamos y etiquetamos. "Él se ve feliz", "Ella se ve que sufre", "Toma todo con buena filosofía", etc. En el fondo, es válido preguntarnos, ¿quién en verdad es feliz? Al llegar a nuestra habitación, al quitarnos la ropa y vernos frente al espejo, en nuestra soledad, al quitarnos las máscaras, ¿quién puede decir sin que haya rastro de dudas, que es realmente feliz? Podemos comprobarlo, la persona que creíamos feliz la vemos destrozada en poco tiempo, la persona que creíamos depresiva encuentra el amor y se convierte en la persona más feliz. Todo al final parece una obra de teatro en la que no entendemos el mensaje. Todos, como actores y público, estamos en la misma confusión.

Hace unas horas, mientras iba en el colectivo (nuevamente mi lugar de reflexión) me preguntaba: ¿Qué pasa que estamos tan confundidos? ¿Qué pasa con tanta gente sola? ¿Qué pasa con tanta apariencia? ¿Qué pasa con seis mil millones de personas que no pueden alcanzarse unas a otras? También creo que fui movido por algo que leí ayer (gracias Belu), sobre esa dificultad que tenemos como seres humanos para, aún en una relación de pareja, entender y tocar verdaderamente a otra persona. "¿Qué pasa?" me dije. Pero la señora que venía al lado de mí, leyendo sobre los hombres de marte y las mujeres de venus, no parecía tener cara de respuesta. Pienso entonces que hemos entrado en un mundo tan comercial, con modos de relacionarse que se consumen y desechan tan fácilmente, que le hemos ido quitando el valor a las cosas. Hemos convertido las palabras en palabras sin sentido, sin significado. No sólo las palabras. Hemos eliminado la significación de muchos de nuestros actos. Dos ejemplos:
  1. Mi amiga Marisol conoce a un tipo, se ven pocas veces y un día mientras se despiden él le dice "Te quiero mucho" y se despide, como de costumbre, dándole un beso en la mejilla. No nos extraña. Lo vemos en cualquier película, en cualquier fiesta a la que vamos, lo hacemos nosotros mismos, lo decimos en los mails, en las conversaciones de MSN. Pero, ¿la quiere en verdad? ¿Es una palabra que tiene alguna resonancia profunda? No. Hemos usado tanto ese tipo de frases que hemos agotado su significación. Lo mismo con el beso en la mejilla. Se han convertido en formalidades, en cosas que todo el mundo sabe y hace. El placer que en algún momento podía venir de una expresión así se ve reducido a la semilla incierta de una duda.
  2. Efecto de una barrera cultural: Me despido de una persona con la que estaba interesado en platicar y me dice "Hablamos luego". Sonriente me retiro del lugar y espero a lo largo de la semana encontrarme con alguna señal, pero nada. La vuelvo a ver y pienso que tal vez tenga algo que decirme pero no ocurre nada. Doy por muerto el asunto, pero no deja de extrañarme. Recientemente me entero que es una expresión común aquí que no significa nada. Es igual a un "nos vemos luego" o "cuídate". Comprueba, por un lado, que las palabras no tienen significados fijos, y por otro lado, que el uso contínuo de estas formas de relacionarnos va restándole significación a lo que hacemos.
Podría poner muchos más ejemplos. Hace unos meses escribí un cuento sobre un vendedor de palabras. Por ahí hablaba de los besos, y como ellos también van perdiendo su valor, y poco a poco, agotamos, consumimos, y ese sentido que se va perdiendo parece tocar todos los ámbitos de la vida humana. Por eso decía unas líneas más arriba ¿qué más da si encaramos la vida con una sonrisa o una lágrima? Eso es sólo una máscara. El verdadero reto para el ser humano está en recobrar el valor de las cosas. En crear cosas que signifiquen, que le den sentido a lo que hacemos. Porque, ¿de qué sirve tener una sonrisa que sólo servirá en el escenario? Sería más valioso entonces, encontrar cosas que nos hagan sonreír desde adentro. Tragedia y comedia, Eros y Thanatos, dejan de importar. ¿No parece? Y ¿cómo hacemos para encontrar esas perlas, esas joyas escondidas en la vida cotidiana? Parece difícil, pero creo que consiste en cambiar la forma en que vemos las cosas. En optar por una actitud más responsable ante todo lo que decimos y hacemos. Para que cuando digamos "te quiero" sea en verdad "te quiero" y no simples palabras. En aprender a ver la belleza, pero no esa que ofertan los medios que es repetida, repetible y consumible. Aprender a vivir y gozar de esos momentos que resuenan en nuestra alma y que dejan huellas indelebles. Pero nadie nace sabiendo gozar. Es algo que se aprende y ese aprender tiene que ver más con la introspección que con un proceso de adaptación. Ojo, porque me parece que es más probable que encontremos las respuestas a nuestros vacíos en nosotros mismos que en todas esas respuestas que ofrece el medio en el que vivimos. Y todo se reduce a una batalla entre sumar o restar sentido. Podemos situarnos en el puesto cómodo donde hacemos lo que los demás hacen y restarle cada vez más sentido a lo que hacemos, o podemos optar por seguir nuestros sueños personales, por muy disparatados que parezcan, y tratar de sumar y darle un sentido a nuestra vida. Al final, es como dice la Agrado, "uno es más auténtico en tanto uno se parece más a lo que siempre ha querido ser".

Diplomacia

Sólo les produce gracia, lo que causa indignación, y a encubrir la corrupción, lo nominan «diplomacia». Y consideran audacia, que lo justo y...