Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de 2010

Nube mentirosa

P.D. Me da risa lo de Seca poesía sexual

Este espacio

La teoría lo ubica como la distancia entre el ideal y el objeto . Para unos, el espacio de la ilusión, para otros, el espacio del deseo. Para mí, el único espacio en el que el amor puede sobrevivir. Y si el amor —esa sustancia inaprensible— vive en un espacio de indeterminación, surge la pregunta obligada: ¿Cómo rescatarlo de las fauces voraces de la sociedad? ¿Cómo preservarlo de la locura idealizante del deber ser ? Sobretodo si uno no quiere caer en la siempre abierta y terrible tentación de lo prohibido. Por lo pronto no tengo otra respuesta que este espacio . Este lugar que no toca nadie... este espacio sin ley . Algo me hace pensar que este espacio es el perfecto indicador del estado de mi corazón. Su silencio es el testimonio del amor; su ruido estridente, la resistencia más encarnizada contra el intento de encapsularlo, restringirlo a un solo espacio, un solo momento, una sola manera de expresarlo. Este espacio es inmortal, y es tuyo.

Ese insano placer de no tenerme

Ese insano placer de no tenerme que disfraza tu ausencia de esperanza. Mi boca que a tu boca ya no alcanza, el capricho en tus ojos de no verme. Esa avidez que se doblega inerme ante el frío pesar de tu añoranza. El hueco entre mis dedos que se cansa de no tener tu pecho que lo merme. Esa absurda pasión por la frontera que separa lo obsceno de lo abstracto. Tu coraza de sirena embustera que se fractura en el momento exacto en que ya no escapa más tu cadera de la atroz amenaza del contacto. - Dany Marlowe -

La importancia de ese abrazo no dado

Por mucho tiempo me resultó enigmático. Dos años esperando el más mínimo gesto que delatara su interés. Un interés solamente imaginado, supuesto, deseado. Un interés nunca comprobado por la experiencia. Pero ella volvía o, ¿era yo el que volvía? Quizás esa vuelta era precisamente el retorno ilusionado de descifrar, entre aquella fría impostura, un gesto delator. Pero si mi interés se había mantenido, aún a expensas de esa seca distancia, ¿por qué esperaba yo ese abrazo?, ¿por qué mantuve siempre esa crédula esperanza en que, inexplicablemente y en el último momento, ella revelaría lo que no reveló en tanto tiempo? Esa esperanza no era otra cosa que mi enfermedad buscando un diálogo que le permitiera afirmar, en el último momento, que nada había servido; que ella era una más en la serie. Y sin embargo, ella nunca me abrazó ni demostró el más mínimo interés. Al hacerlo me mostró una forma de amar que yo nunca había entendido. Ella le dio cuerpo a la pregunta, a la sana duda que me acompa

Diapasón

La idea correcta apareció por asociaciones. Sería injusto decir que se me ocurrió así porque sí. Ocurrió después de terminar un peculiar libro de Mishima: Música . Y digo peculiar porque me dejó claro que la influencia de occidente en Mishima es más que evidente en ese libro —aunque no se le critica como a Murakami—. También digo peculiar porque hace una hermosa metáfora en la que enlaza el placer sexual femenino con la música. Me pareció una metáfora atinada. ¡Genial! Poco tiempo después la máquina-que-se-encarga-de-pensar-mientras-yo-vivo me regaló la palabra correcta que resume a la perfección lo que he querido decir en los últimos meses. Esa palabra es: diapasón. A veces me enamoro de ciertas palabras y esta tuvo el poder de enamorarme a primera vista. Últimamente hablo mucho del silencio. Tal vez porque creo que la más grande prueba de amor no está en las palabras sino en el silencio que se construye con ellas. Suena paradójico; pero creo que el silencio se construye. No es el m

...silencio

Del amor lo que se cuente será por siempre incompleto, apenas simple boceto de ese arrebato silente. Arte mudo que hace puente entre latido y latido; libreto desconocido: dos vibrando en sincronía siempre en total afonía, hoy silencio compartido. - Dany Marlowe -

Noviembre

Todo va, todo vuelve; eternamente rueda la rueda del ser. Todo muere, todo vuelve a florecer, eternamente corre el año del ser. Todo se rompe, todo se recompone; eternamente se construye a sí misma la misma casa del ser. Todo se despide, todo vuelve a saludarse; eternamente permanece fiel a sí el anillo del ser. Mi casa, para dolor o alegría, siempre ha sido noviembre.

Amarcura

Te quiero como no se quiere a nadie. Con indiferencia, con cierto desprecio. Te quiero como algunos odian, con la única diferencia de que mi odio es amor advertido; porque bien sabes, como yo, que tú no me necesitas. Tú no precisas una caricia fugaz, una palabra que se lleve el viento. Tú no anhelas el dolor de la pérdida que inevitablemente espera detrás de estos brazos que no podrán sostenerte. Por eso te desprecio. Porque a pesar de que tal vez ahora tú merezcas estos besos, y estas ansias, y este insomnio que me incapacita, no necesita tu boca el sabor amargo de la boca mía. Te detesto porque te amo. Porque te amo más de lo que pudiera amar ese efímero instante de ti, de tus manos tomando las mías. Te odio. Tanto y más, porque sé, que entre más te odie, tanto más te estoy amando. - Dany Marlowe -

Casualidad

Esta noche no te necesito; no entras en mis planes. El vago velo de ilusión con el que te vistes no es más que un disfraz que oculta tu siniestro rostro. No, hoy no me haces falta. ¡No te quiero en mi vida! Lo digo como un conjuro para alejarte, tal como se alejan los malos espíritus, los embrujos, las pesadillas. Sé que no puedo controlarte porque te manejas como un virus que escapa a mis esfuerzos por mantenerte lejana. Sin embargo sé, con la misma desgarradora certeza, que tu presencia no es enteramente ajena a mí. A pesar de estar afuera, y de formar parte del mundo, algo me dice que la materia que te compone comparte su perverso argumento con lo más íntimo e innombrable de mi ser. A mí no me engañas. Tu presencia aquí no es azarosa. Esto formaba parte del guión aunque yo no supiera leerlo. Eres la crítica más atroz a mis esfuerzos por construir un mundo feliz, un mundo sin sobresaltos. Formas parte de esa urdimbre inefable que da fuerza a mi vida y que, de vez en cuando, exige su

La mujer de Acre y el amor puro

El amor es un hecho cultural. No cabe duda de ello. Es algo estrictamente humano; en los animales vemos instinto —podemos intuir cierta afinidad en nuestras mascotas— pero no vemos amor. Como un hecho cultural, el amor tiene que ver directamente con el lenguaje. La Rochefoucauld señala que "¿Cuánta gente no hubiera amado jamás si no hubiera oído hablar de amor?" . En ese sentido, la manera en que amamos no es casual ni elegida voluntariamente. Hemos aprendido a amar de acuerdo a nuestra cultura y al momento histórico en que nos encontramos. Para dar un ejemplo, a diferencia de los que vivieron antes de cristo —quienes ponían el acento en relación al amor en la tendencia misma— nosotros ponemos el acento en el objeto. Es decir, los antiguos honraban la tendencia a amar así fuera a un objeto de poco valor. Nosotros, en cambio, estamos dispuestos a amar sólo si se trata de un objeto de valor y con cualidades que valoramos. Siguiendo este hilo de pensamiento —y respondiendo a co

Urdimbre

Pudo ser el punto, quizás la coma, donde la trama se quedó sin hilo. Se terminan los versos en el filo de lo que no tiene voz, sino aroma. Urde tu piel donde no existe idioma el sostén de esta flama sin pabilo. Bajo el denso silencio que mutilo el amor más puro apenas asoma. Huyo siempre del peligroso abismo de aquel Narciso frente a la laguna buscando otra mirada de sí mismo. Si es que existe el amor en forma alguna no debe apartarse del masoquismo que implica amar enigmas. Una a una. - Dany Marlowe -

Llorona

No sé que esconden tus ojos, llorona, que no me miran jamás. No sé que esconden tus ojos, llorona, que no me miran jamás. Procura que no me encuentren, llorona. Mis sueños no buscan paz. Procura que no me encuentren, llorona. Mis sueños no buscan paz. Mantente siempre lejana, llorona, como los barcos sin puerto. Mantente siempre lejana, llorona, como los barcos sin puerto. El día que tú me beses, llorona, mi corazón habrá muerto. El día que tú me beses, llorona, mi corazón habrá muerto. Tu beso que es agua dulce, llorona, en mi desierto sombrío. Tu beso que es agua dulce, llorona, en mi desierto sombrío. Guárdalo bajo tu ropa, llorona, para mis noches de frío. Guárdalo bajo tu ropa, llorona, para mis noches de frío. La trama es sólo un engaño, llorona, de tu rebozo de tela. La trama es sólo un engaño, llorona, de tu rebozo de tela. Tus senos urden el paño, llorona, que todo mi cuerpo anhela. Tus senos urden el paño, llorona, que todo mi cuerpo anhela.

A ti que callas

Sé por qué no contestas a mis palabras, el riesgo que implica que lo hagas. Bien podrías decirme que deje de escribirte, que no va a llevarme a ningún lado, que a ti lo que te escribo no te concierne, no te toca. Sin embargo respondes con tu silencio, tan lastimoso como delator. No respondes porque deseas seguir leyendo. Algo mucho más poderoso que tú te fuerza a leer aún cuando, en varias ocasiones, te has propuesto no volver a leer algo que yo te escriba. Y no puedes controlarlo. Lo que yo te escribo te toca mucho más adentro de lo que cualquiera de tus amantes lo ha hecho. Más allá de tu vientre, de tus entrañas; mis palabras resuenan donde todas las demás caricias sólo sueñan en llegar. Pero tú te sientes segura en ese juego donde ni siquiera sales verdaderamente lastimada. Conoces bien el límite y tu drama se despliega a la perfección en él. Una lista de hombres que, dices, te ha hecho daño. Una lista de hombres que, dices, son todos iguales. Una lista de hombres que, también, se

Refrendando

Nadie puede decir de donde proviene un libro, y menos que nadie la persona que lo escribe. Los libros nacen de la ignorancia, y si continúan viviendo después de escritos es sólo en la medida en que no pueden entenderse . Gracias Paul Auster

Amor mercenario

Hace mucho tiempo me hicieron una pregunta que no pude responder. - Daniel, ya déjala, ¿por qué estás con ella? Ni siquiera sabes qué te está dando, ¿qué te hace seguir a su lado? Después presté un poco más de atención a las parejas que conocía. Aparecían, por uno y otro lado, comentarios del tipo "mi novio es el más..." o "mi mujer es la mejor para...", "me da seguridad", "es un tipazo", etc. Y no sé por qué razón, siempre me sentí ajeno a esos comentarios. Claro que podía haberlos dicho. A final de cuentas, si uno no es muy riguroso, a cada persona le debe parecer que su pareja es la mejor para todo. Sin embargo, ese no era el punto en que mis palabras flaqueaban. No era que apelara al recurso de la imposibilidad para determinar lo mejor . Por el contrario, siempre me pareció que eso reducía las motivaciones del amor a unas cuantas cualidades. Y, en ese sentido, el estar con alguien por su belleza —por decir algo—, ¿qué pasa cuando esa cuali

¡Feliz cumpleaños!

La autonomía de las palabras

Pocas cosas devuelven esa sensación de ajenidad y extrañeza como abrir un viejo cuaderno lleno de historias antiguas o poemas empolvados. No es debido a la calidad de los textos ni a una supuesta genialidad artística sino —creo yo— a la coexistencia de dos sensaciones simultáneas: una de reconocimiento y memoria, y la otra, a pesar de toda la evidencia racional, de una pura perplejidad ante la extranjería de las letras. Una parte dice: "claro, ya lo recuerdo" y la otra dice "¿quién escribió esto?". Si se pone atención a esa otra parte, pronto se cae en la cuenta de que uno nunca termina de decir lo que quería decir y —quizás más importante— que lo que termina diciéndose encarna un valor que sólo el tiempo termina por asentar. No sé en cuantas ocasiones he terminado por entender el significado de un texto escrito por mí hasta mucho tiempo después. Debo confesar, también, que antes ponía más énfasis en la intención de mis textos. Me esforzaba tanto en tratar de decir

Décima para un amor perdido

Un mar en cada fragmento de esa ausencia seductora; se ama aquello que devora no aquello que hace el intento. El recuerdo fraudulento turba la vieja libido, sumándole a lo perdido un dolor que desafina al verso que en cada esquina se le escabulle al olvido. - Dany Marlowe -

Himno Kokiri - 2010

¡Oooh Kokiri! ¡Oooh Kokiri! Soy soldado de tus tropas. Sólo el verde de tu gloria y el corazón como ropas vestirán nuestra victoria. ¡Oh, oh, oh Kokiri! El terreno reverdece bajo tus nobles pisadas. Que tu furia nunca cese y que enmudezcan las gradas. ¡Ooooh Kokiri! ¡Oooh Kokiri! Que mis últimos latidos me permitan defenderte. Nunca seremos vencidos. ¡Voy contigo hasta la muerte! ¡Oh, oh, oh, Kokiri!