jueves, 3 de febrero de 2011

Sirena

Una palabra por cada disparo
de tu oleaje de mar sobre mi arena.
El vaivén de tu cuerpo de sirena
es un tifón del que no existe amparo.

Mi noche oscura busca el haz del faro
que le proyecta tu mirada obscena.
Ese tibio resplandor que encadena
mi boca opaca con tu beso claro.

La nave del buen juicio está quemada;
no quedan rastros del viejo sosiego
que escapa a mi voluntad embriagada.

Aquel canto de nereida es el fuego
en donde vuelvo a arder de madrugada
en cada sueño que a tu piel entrego.

- Dany Marlowe -

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