viernes, 4 de mayo de 2007

Sobre el ajedrez

Perder. . . Nunca uno llega acostumbrarse. Desde el juego más elemental hasta el más complicado. Perder resulta doloroso. Si la vida fuera un juego de ajedrez, como el gritante de México afirma, podríamos pensar en distintos tipos de pérdidas. No sería lo mismo, por ejemplo, perder un peón que un alfil. ¿No es así? Lo que pasa es que uno le asigna valor a las distintas piezas que, en esta analogía, rodean al rey, es decir, a uno mismo. Casi todos tenemos una torre por ahí que siempre nos está cuidando aunque se encuentre lejos, algún amigo raro que se mueve en L como caballo, o alquien que siempre está al lado como un alfil. El problema, para los hombres al menos, está siempre en relación a la reina. Ella recorre todo el tablero a su antojo y transforma todo lo que toca a su paso. Perder a la reina es una de las cosas que más duele. Y ¿qué se hace entonces? ¿Andar por el mundo sin una reina? ¿Poner peones en su lugar? Porque mil besos de peón no hacen uno de reina. Eso que quede claro. No sé al final qué sea mejor. Si borrar a la reina de tablero o inventar una nueva. Machado dice que todo amor es fantasía, y eso habrá que marcarlo. Tal vez en los ojos que vi la semana pasada pueda basar la historia de la que brote la próxima reina. Es algo transitorio. Lo sé. Pero como dice, Erika, lo importante será, como siempre, seguir jugando.

2 comentarios:

Soledad dijo...

Seguir siempre jugando... como dice Andrés Calamaro "Porque vivir es jugar y yo quiero seguir jugando..."
PD ya vuelve, o mandame una frase celebre por la mañana

Anónimo dijo...

Un gusto porder saludarte aqui y leerte...al recorrer las lineas no pude evitar pensar en algo que me dijo alguien muy improtante para mi en estos momentos.... lo importante es perder el miedo a perder... y si, asi es la vida... uno juega y debe estar consciente d q no siempre todo es ganar, inclusive a veces cuando perdemos salimos ganando... paradójico pero cierto... Saludos, Sandra

Diplomacia

Sólo les produce gracia, lo que causa indignación, y a encubrir la corrupción, lo nominan «diplomacia». Y consideran audacia, que lo justo y...