domingo, 15 de julio de 2007

Metablog # 3: Aquel caracol

No me mandes cadenas. Fue lo primero que le dije cuando recibí en mi cuenta de correo una cadena que ponía por remitente, su nombre. La había visto por el pasillo (porque sólo había uno) de nuestra preparatoria, pero nunca nos dirigimos nada más que algún saludo debido al intermediario entre nosotros que, en este caso, era mi hermana. Hoy, a siete años de aquel evento y, después de innumerables correos en los que nos hemos destrozado, remendado y alabado mutuamente, ella pone en su blog otra cadena, a la cual me niego, como en aquella ocasión (y esta vez por nostalgia), a responder. La dirección es: http://aquel-caracol.blogspot.com/ Y da la casualidad, que a pesar de ser el primero, no es el único caracol en mi vida. Eso me llevó a preguntarme ¿qué con los caracoles? Y es que me parece que en el caracol se conjugan los dos viajes que debemos realizar como seres humanos. El espiral que sigue el caracol guía, en una dirección, hacia el infinito, y en la otra, hacia lo más profundo de nuestro ser. Que tal vez, como lo han dicho los sabios, no sean más que la misma cosa. En ese sentido, Erika, (ya era tiempo de que dijera su nombre), me parece que ha desplegado en su blog la tarea que debemos seguir como seres humanos. Al menos la tarea utópica que debe guiarnos. Ha descubierto que la tarea que debe agotarnos como sociedad es la de ayudarnos para mejorar las condiciones en las que vivimos todos, no sólo los privilegiados. Y eso no lo lograremos hasta que descubramos en lo más profundo de nosotros, cómo hemos de ayudar al mundo. Erika lo ha descubierto. Me recuerda a esa vidente que podía ver donde los ciegos no veían. Ella camina, pese a la adversidad, rumbo a un destino que desconoce pero que ha visto miles de veces en un sueño. No hay nada más humano que eso. Leer su blog es desgarrador. Es reconocer la realidad en la que vivimos, muchas veces, sin poder hacer mucho. Pero eso no detiene a Erika. Y eso es, en el más amplio de los sentidos, admirable. Erika me ha hecho sentir, y me ha hecho recordar que tenemos que movernos para que las cosas pasen. Aquel caracol es una historia, la historia de la vida de Erika, la historia de los actos, de los hechos. La historia que se puede contar y que inspira. No se puede evitar que todos aquellos que vivimos en cierta medida la pobreza del egoísmo nos sintamos atraídos por la riqueza del contacto con la gente. No me he cansado de decírselo aún. Y, leerla es también un compromiso. Aquel de tratar de llevar a la acción nuestras ideas. No basta con querer un mundo mejor. ¿Se entiende? A veces cuando la leo, me parece estar leyendo la historia de una heroína verdadera. Sobretodo cuando la leo asustada en medio del campo, perseguida por sus temores y llena de incertidumbre, cuando se reconoce humana y limitada, y a pesar de todo lucha. No usa traje de malla ni calzones rojos sobre un mameluco azul. Pero lucha por dejar el mundo un poco mejor de como lo encontró. Eso hace a los héroes. Creo yo. Y lo mejor de todo es que me siento como esos niños que frente a otros niños se pavonean y dicen "Esa que ven ahí, esa que anda salvando al mundo, ¡es mi amiga!". Es como ser amigo de Superman. Por ahora se las comparto. Les comparto su historia, pero no crean que podrán venir cuando la encuentre en una cantina olvidada por el mundo o en un café de Bs As para contarnos nuestras vidas. No escucharán la historia del hombre de su vida, la de su perro, ni la de la mujer que se ha adueñado de mi vida (lo siento, tenía que presumirlo, jaja). Así que les dejo Aquel caracol. Espero lo disfruten.

2 comentarios:

Rain en ZQ. dijo...

¡Codino, elogio a tu post! Con justeza.
Nuestra amiga ¿dónde está?

su url en blogger indica que la página no está, y eso no sé qué siginifica a estas alturas. Si acaso está renovando la hermosa caracola, si algo ha ocurrido, si eso es temporal. No sé.

Aquel caracol es un blog querido, porque querida es Kika...
Codino, gracias por el post y estamos en este mundo virtual. Chao.

Érika B Carrillo dijo...

¡Ay, ay, ay! que me conmueves hasta las lágrimas.
Gracias, Daniellonni. Gracias infinitas.
Por importantes razones he quitado Aquel Caracol de la web, pero te juro que la historia seguirá. No sé si merezca ser un metablog, pues ahora soy un error 404 "page not found".
Me encanta que no invitaste a nadie a nuestra sesión cafetera en Bs As, y tampoco irá nadie a esa cantina olvidada.
¡Cuántas ganas de platicar contigo!
Abrazos.

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