viernes, 13 de junio de 2008

El condor


Hablando de historias inconclusas. Hace medio año nos encontramos, un amigo y yo, con la descripción de un pueblo que nos pareció maravilloso. Iruya, donde se escucha volar al condor. Según leímos en este lugar no sólo se le podía ver, al condor, sino también escuchar. Nos pareció que debíamos ir. Así que, cámara en mano, nos dirigimos con la firme intención de fotografiarlo. En el camino escuchamos leyendas acerca de él. Según algunos, dado que son monógamos, al perder a su pareja recurren al suicidio. Para otros, como los Incas, se trata de un animal inmortal. En el momento en que se precipitan desde la punta más alta para morir no lo hacen verdaderamente, pues sólo vuelven al nido del que nacieron, a la montaña. Como sea, al llegar a Iruya el condor se mantuvo ausente. Lo único que pudimos ver, desde la ribera de un río, fue la diminuta silueta de un ave. En la cámara de mi amigo, con mucho mejor zoom que la mía, apenas apareció un pixel. Hace tres días, sin intención alguna volví a la montaña, pero esta vez al sur. Para mi sorpresa, ahí estaba, ante mí y mi cámara. Como diciéndome, "mírame, no me olvides". El ave mística de los Incas, el condor que portaba al sol y lo hacía nacer cada mañana. Estuvo a no más de tres metros de mí. Fue un encuentro asombroso, una coincidencia poco menos que increíble. Lo había visto volando varias veces pero esta vez estuvo sobre mi cabeza, casi flotando, dejándose llevar por el aire. Me dejó sin palabras, con una sonrisa y una foto que delata mi nerviosismo.

2 comentarios:

Soledad dijo...

mentiroso mentiroso, voviste a tu nido a renacer?? No estoy en mi nivo pero espero renacer algun dia. Te extrano!

Anónimo dijo...

mas de un pixel, no lo voy a negar. gracias iruyeeee.

Diplomacia

Sólo les produce gracia, lo que causa indignación, y a encubrir la corrupción, lo nominan «diplomacia». Y consideran audacia, que lo justo y...