Te quiero como no se quiere a nadie.
Con indiferencia, con cierto desprecio.
Te quiero como algunos odian,
con la única diferencia de que mi odio
es amor advertido;
porque bien sabes, como yo,
que tú no me necesitas.
Tú no precisas una caricia fugaz,
una palabra que se lleve el viento.
Tú no anhelas el dolor de la pérdida
que inevitablemente espera
detrás de estos brazos
que no podrán sostenerte.
Por eso te desprecio.
Porque a pesar de que tal vez
ahora tú merezcas estos besos, y estas ansias,
y este insomnio que me incapacita,
no necesita tu boca el sabor amargo
de la boca mía.
Te detesto porque te amo.
Porque te amo más de lo que pudiera amar
ese efímero instante de ti,
de tus manos tomando las mías.
Te odio.
Tanto y más, porque sé, que entre más te odie,
tanto más te estoy amando.
- Dany Marlowe -
Vivimos en un mundo relativo. Nada en este mundo es verdad. Todo depende. Aún la más verdadera verdad oculta la siempre ingrata posibilidad de ser mentira. Por ello este sitio se declara mentiroso. Porque las mentiras también son relativas; y entonces, aún la más mentirosa de ellas encierra entre sus letras la sublime posibilidad de ser verdad.
sábado, 2 de octubre de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
-
Pudo ser el punto, quizás la coma, donde la trama se quedó sin hilo. Se terminan los versos en el filo de lo que no tiene voz, sino aroma. U...
-
Sé por qué no contestas a mis palabras, el riesgo que implica que lo hagas. Bien podrías decirme que deje de escribirte, que no va a llevarm...