sábado, 2 de octubre de 2010

Amarcura

Te quiero como no se quiere a nadie.
Con indiferencia, con cierto desprecio.
Te quiero como algunos odian,
con la única diferencia de que mi odio
es amor advertido;
porque bien sabes, como yo,
que tú no me necesitas.
Tú no precisas una caricia fugaz,
una palabra que se lleve el viento.
Tú no anhelas el dolor de la pérdida
que inevitablemente espera
detrás de estos brazos
que no podrán sostenerte.
Por eso te desprecio.
Porque a pesar de que tal vez
ahora tú merezcas estos besos, y estas ansias,
y este insomnio que me incapacita,
no necesita tu boca el sabor amargo
de la boca mía.

Te detesto porque te amo.

Porque te amo más de lo que pudiera amar
ese efímero instante de ti,
de tus manos tomando las mías.

Te odio.

Tanto y más, porque sé, que entre más te odie,
tanto más te estoy amando.

- Dany Marlowe -

Diplomacia

Sólo les produce gracia, lo que causa indignación, y a encubrir la corrupción, lo nominan «diplomacia». Y consideran audacia, que lo justo y...