Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de julio, 2009

Relegadas por inutilizables

¿Por qué nos sublevamos tanto contra la guerra, usted y yo y tantos otros? ¿Por qué no la admitimos como una de las tantas penosas calamidades de la vida? Tal vez nunca deje de asombrarme este fragmento de la carta que Freud le responde a Einstein, quien se había dirigido al psicoanalista buscando una explicación a los motivos de la guerra. Después de esbozar una respuesta, Freud se permite construir esa pregunta retórica. ¿Por qué hacemos tanto problema por la guerra? El tono de la respuesta es definitivo. Apunto a algo diferente; creo que la principal razón por la cual nos sublevamos contra la guerra es que no podemos hacer otra cosa. Somos pacifistas porque nos vemos precisados a serlo por razones orgánicas. Después nos resultará fácil justificar nuestra actitud mediante argumentos. No tengo intención de hablar de psicoanálisis pues no es este un espacio teórico. A pesar de todo, no es sin él —y por eso decidí iniciar con este fragmento— que puedo compartir la idea que me ha ve

Un suspiro

Tenía fragmentos de este poema que había empezado a escribir para una novela que aún no ha visto la luz. Hace poco los rescaté del olvido aunque, viéndolos fríamente, han perdido su significado —si es que algún día lo tuvieron—. Ja. ¿Quién iba a decirlo querida? portabas el arma homicida oculta en tus ojos de mar ni me ilusiona ni lo pienso este final no es un comienzo es sólo un juego del azar Que deponga por tu belleza el arsenal de esa promesa que ya no pretendo cumplir es efecto de esta quimera no estoy hecho con la madera para forzarte a sucumbir Mas todavía no resigno el gran anhelo de ser digno de tus labios alguna vez que no se extinga aquella llama hasta el peón besa a la dama en algún juego de ajedrez El alma extraña lo que miro su sufrimiento es un suspiro mudo reclamo del dolor aunque proteste el cuerpo entero nunca es catorce de febrero por mucho que grite el amor ¿Quién iba a decirlo cariño? he ido perdiendo hasta el aliño soñando tus ojos d