miércoles, 18 de abril de 2007

Temblor

Soy un espejo que no quería levantarse de la cama. Pero estoy aquí. Caminando sin caminar. Las baldosas cuadradas intercambian colores. Estoy alucinando o soy yo mismo una alucinación. Habrá que decidirlo antes que caiga la tarde. Me debato entre quedarme o salir a caminar. ¡Imposible! Ya lo había dicho. Mis pies son raíces. Los árboles no caminan. Son sus hojas las que vuelan a través del viento para conocer el mundo. Las raíces se quedan lejos, en la tierra donde brotaron de alguna semilla. A mi alrededor nada. El suelo hoy parece moverse más que en otros días. Vivo en un temblor constante. Hoy ha caído otra pieza. Todos somos espejos. Moviéndonos, quebrándonos, cóncavos, convexos, planos. ¿Qué se queda de esa pieza? ¿Quién era yo antes de conocerla? Soy un producto de diversos reflejos. Reflejos en un mundo inconstante. Una parte de mí se ha transformado con el derrumbamiento. Se ha ido rápidamente. Las cosas deben ser así. Deben arder y no decaer lentamente. Torres, alfiles, caballos. Y yo, ¿yo quién soy? Un rey que para ser rey ha tenido que reflejarse en un peón… en un caballo. Porque yo también lo he sido. En mi tablero, en otros tableros. Ella se ha ido y eso que fui con ella debe mantenerse. Si no, ¿qué sería yo más que un reflejo? ¿Soy sólo rey porque hay otras piezas? Si así fuera, el día que todo cayera, yo no sería más que un peón. Hoy mi reflejo es confuso. ¿De qué lado del espejo me encuentro? Los derrumbes no pueden continuar. La vulnerabilidad es un estado transitorio. No quería levantarme de la cama. Tal vez ahí la oscuridad me encuentre. Donde no hay luz, no pueden existir los reflejos. Ahí todo es parte de todo… y de nada.

Panteones (Parte 1)

Hay panteones llenos de gente, llenos de lágrimas, de recuerdos, de promesas que quedarán sin cumplir. Hay panteones llenos de ideas, pensamientos, sueños. Hay, también, panteones llenos de corazones. Lo que no saben ellos, los corazones, es que se encuentran ahí solamente de manera transitoria. Ahí van a parar únicamente para volver a nacer. Lo que muere son los enojos, las disputas, el egoísmo. Todo eso se va perdiendo con el paso del tiempo y llega un momento en el que se confunde con la tierra. La tierra que envuelve y lo cubre todo de húmeda negrura. Lo que queda después de degradarse es una semilla donde el corazón guarda los momentos felices que compartió con las personas que quiso. Esos recuerdos se quedan y de ellos brota, cuando llegan las lluvias, una nueva raíz de la que se desprenderá un tallo, y de él ramas, y de ellas, hojas y flores, y de ellas un día nacerá otro corazón. Uno que encuentre en el nuevo aire nuevas maneras de amar.

miércoles, 4 de abril de 2007

Ironías

Quien iba a decir, soledad
que iba a encontrarte aquí
al lado de la mujer que amo
quién iba a decir
que ahora que no existe la distancia
el abismo entre los dos
iba a volverse infranqueable
es una ironía pensar
que no podría sentirme más solo
ni tener una mejor compañía
te he venido a encontrar, soledad
sin siquiera buscarte
y a pesar de que me duele
no entender lo que ella busca
me duele más saber
que no es a mí

- Dany Marlowe -

Diplomacia

Sólo les produce gracia, lo que causa indignación, y a encubrir la corrupción, lo nominan «diplomacia». Y consideran audacia, que lo justo y...